YO NO TENGO PROBLEMAS

Berlinesca

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He vuelto al infierno. En el ascensor, un chico me preguntó si trabajaba en el edificio. Mi respuesta le hizo reir.

Era de Bangladesh y según me explicó llevaba 26 años en Alemania. Los comienzos son difíciles, dijo.

¡La de veces que oído esa misma frase!

Su historia no me interesababa para nada. Me contó que tenía un restaurante, nada más y nada menos que de comida mexicana y hasta me pidió mi teléfono y me ofreció trabajo. ¿Será posible?

Visto lo visto, no sólo los comienzos son difíciles.

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Me contuve y me guardé su tarjeta. Nunca se sabe. El sitio se llama Dos parejas, es todo tan absurdo…

Es evidente que tiene que haber una fuerza superior a nosotros, que nos empuja a seguir adelante, pese a nuestros continuados esfuerzos por encadenarnos, bien sea a nosotros mismos, bien sea a otras personas.

Mi última medalla tiene forma de estrella de seis puntas. Con éste último amante, me he molido las principales religiones. Y ninguna me convence, ¡jolín! Aunque tampoco soy atea, sino agnóstica. ¡Y del Real Madrid!

Dos sellos después abandonaba el edificio, evitando la mirada del indio, que aún seguía esperando su turno.

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La sociedad no acabará de convencerme ¡nunca! Alemania no es, ni mucho menos, la tierra prometida.