El lunes firmé mi ansiado contrato, aunque todavía no he tenido ocasión de entregárselo a mi Vermittler. Debe estar dando saltos de alegría, pues no he sido precisamente fácil de “reinsertar” en el mercado de trabajo. Y aunque no considero que haya alcanzado mis metas profesionales, digamos que estoy más cerca de ellas, ¿si? Al menos trabajo en una oficina y no en un bar o en un comercio, lo que significa que salgo a una hora más que razonable, que tengo domingos y festivos libres y cero borrachos.
¡Mis presagios para este maravilloso 2017 se confirman!